Me gustaría responderte: algún día nadie sufrirá. ¡Pero es imposible!
El dolor de la enfermedad o de un cuerpo que envejece, el sufrimiento de quien no tiene quien le quiera, de los marginados, de los perseguidos, ¿quién puede evitarlo?
Entonces, ¿no podemos evitar nunca que las personas sufran? No es exactamente así, la vida sería demasiado absurda, el sufrimiento no es una fatalidad. Cada día en todas partes, hombres, mujeres y niños intentan construir un mundo más justo, más fraternal, para aliviar o reducir el sufrimiento.
Amélie, espero que tú seas una de esas personas que luchan por un mundo mejor. No pierdas nunca la esperanza y recuerda siempre estas palabras: << Venid a mí, vosotros los que no podéis con el peso de la carga... >>
El dolor de la enfermedad o de un cuerpo que envejece, el sufrimiento de quien no tiene quien le quiera, de los marginados, de los perseguidos, ¿quién puede evitarlo?
Entonces, ¿no podemos evitar nunca que las personas sufran? No es exactamente así, la vida sería demasiado absurda, el sufrimiento no es una fatalidad. Cada día en todas partes, hombres, mujeres y niños intentan construir un mundo más justo, más fraternal, para aliviar o reducir el sufrimiento.
Amélie, espero que tú seas una de esas personas que luchan por un mundo mejor. No pierdas nunca la esperanza y recuerda siempre estas palabras: << Venid a mí, vosotros los que no podéis con el peso de la carga... >>
Charlotte.
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